La prosa embaucadora de Sandor Márai i la veu inquietant de Rosa Novell. El què em faltava. La dona justa narra un triangle amorós des dels tres vèrtexs. Però els tres són un. Márai és Maritka, Péter i Judit, i els tres són Márai.
El dolor que provoca el silenci enquistat, la (in)justícia, la traïció, la lluita de classes de l’entreguerres i la comprensió:
(...)”Un dia vaig comprendre que ningú ens pot ajudar. Que el desig d’estimar i ser estimats no marxa, però no hi ha ningú que ens pugui servir d’ajuda. Quan comprenem això, ens fem forts i solitaris”.
Tot s’ha de comprendre? També l’amor?
Estem condemnats a la cruesa de l’eterna soledat?
Podeu intentar esbrinar-ho al Teatre Borràs de Barcelona, fins el 27 de juny.
BSO de “Una cinta lila”: L’últim adéu, de Miquel Abras
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Hoy he visto la esencia del hombre (tú también la has visto, ¿a qué sí?)
La esencia en su forma más sencilla, en su versión más desnuda.
He podido comprobar que la experiencia y la sabiduría tienen cientos de arrugas y huelen a generosidad y trabajo.
He tocado tu piel color moka suave que no entiende de quejas, más que de sonrisas blancas y de caricias.
Tu vocabulario de contrastes, repleto de paisajes idílicos de cariño y respeto.
He encontrado el destinatario de todo mi amor huérfano, que deja de pesar en los bolsillos.
Lo intuía hace años: he vivido el “y, ahora, ¿qué?” en primera persona. ¿Y ahora?, te llevo conmigo y no te dejaré ir.
Porque el alma no puede ser más pura.
Pura y nítida.
Nítida como tú, Dominicana.
BSO: Vivir lo nuestro (M. Anthony & La india)
Tanto a Mila como a mí nos encantaba quedar con Otto.
Nunca nos habíamos atrevido a reconocerlo en voz alta, ni ella a mi ni yo a ella pero lo sabíamos… A las dos nos gustaba. Y mucho…
Una noche lo convencimos para ir a una fiesta donde nos habían invitado por equivocación, así que sacamos nuestros antifaces negros del bolso y subimos al coche de Otto. Olíamos a pintalabios y a vaqueros recién lavados.
La fiesta era una gilipollez con J. Un coñazo, vamos, aunque había bebida gratis y eso siempre se agradece. En estos sitios es mejor no dar la nota ni hablar mucho con la gente por precaución, así que pasamos mucho rato mirando los zapatos de las chicas sentadas en un sofá tomando una copa tras otra.
Entre la gente, de pronto descubrí a un chico con gafas de pasta negra. Tenía una actitud ausente, algo distante y no hablaba con nadie. Se limitaba a mirarme con cara de mala leche y eso me encantó. Eso y que me pareció monísimo.
Me daba pereza, pero me acerqué a él y le comenté algo absurdo sobre la música. Mi radar detecta-futuribles está en el taller, así que no estuve simpática, ni tan siquiera amable, sólo correcta, pero enseguida me cortó el comentario y se acercó a nuestro sofá arrinconado, supongo que para estar más cerca del aprovisionamiento de alcohol. Me sirvió una copa, sin mediar palabra y con las manos más frías que el hielo del gin-tonic. No supe si agradecérselo así que no le dije nada, no fuese a contestarme con evasivas, aunque Mila y Otto se auto-presentaron y estuvieron intercambiando un par de frases con él y él, hay que joderse!, demostraba interés, o al menos a mí me lo parecía.
Me harté pronto de la fiesta, así que le propuse a Otto que nos llevara a un bar normal, y cuando me iba a despedir del “nuevo”, dijo que se apuntaba a la fuga y nos fuimos, los cuatro, al pub irlandés de turno más cercano.
Una vez allí, Otto la eligió a ella, para variar..Me quedé jodida pero mi orgullo me impidió que se me notara demasiado. Lo que se iba notando más es que quería que el chico evasivo dejara de serlo y compensara la situación. Era hombre de pocas palabras pero su mirada a través de los cristales empezaba a mostrar humanidad e interés, así que, sin hablar, acabé en su casa. Fue nuestra primera noche, la más ridícula, la más tierna...
Por la mañana me apeteció desayunar con sus gafas de pasta negra.
22 de febrero de 2007
BSO de Gafas de Pasta Negra: "Meet me Halfway" (Black Eyed Peas)
Me he colado en tu refugio. Y tú en el mío. O quizás sea un lugar distinto de las madrigueras en las que vivíamos antes...
Al abrigo de lo que nos duele, como defensa de lo que nos ofende. Refugio de amor con ansias de búnker.
Me cuesta dejar de retozar entre los cojines que forran las paredes redondeadas, tintadas de kilómetros de anecdotarios simbióticos.
Si miro al techo, me atrapa un calidoscopio de generosidad, mientras la luz va filtrando todas nuestras incoherencias íntimas, todas las coherencias públicas.
Si te miro a ti, veo tu vello erizado, y todas las miradas de admiración y complicidad, las lágrimas saladas y sonrisas dulces que compartimos.
Hemos dejado de acoger al punto-y-seguido y ahora tenemos que parar a cada punto-y-aparte para respirar. Para respirar y disfrutar de cada respiro.
Mientras, estoy desaprendiendo el camino hacia el punto-y-final y mis listas han dejado de distinguir lo que me gusta de lo que deseo.
Yo solo sé que deseo no salir de aquí.
BSO de Refugio: V. Williams & Chayanne: Refugio de Amor
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