07 de febrer 2010

GAFAS DE PASTA NEGRA





Tanto a Mila como a mí nos encantaba quedar con Otto.

Nunca nos habíamos atrevido a reconocerlo en voz alta, ni ella a mi ni yo a ella pero lo sabíamos… A las dos nos gustaba. Y mucho…

Una noche lo convencimos para ir a una fiesta donde nos habían invitado por equivocación, así que sacamos nuestros antifaces negros del bolso y subimos al coche de Otto. Olíamos a pintalabios y a vaqueros recién lavados.

La fiesta era una gilipollez con J. Un coñazo, vamos, aunque había bebida gratis y eso siempre se agradece. En estos sitios es mejor no dar la nota ni hablar mucho con la gente por precaución, así que pasamos mucho rato mirando los zapatos de las chicas sentadas en un sofá tomando una copa tras otra.

Entre la gente, de pronto descubrí a un chico con gafas de pasta negra. Tenía una actitud ausente, algo distante y no hablaba con nadie. Se limitaba a mirarme con cara de mala leche y eso me encantó. Eso y que me pareció monísimo.

Me daba pereza, pero me acerqué a él y le comenté algo absurdo sobre la música. Mi radar detecta-futuribles está en el taller, así que no estuve simpática, ni tan siquiera amable, sólo correcta, pero enseguida me cortó el comentario y se acercó a nuestro sofá arrinconado, supongo que para estar más cerca del aprovisionamiento de alcohol. Me sirvió una copa, sin mediar palabra y con las manos más frías que el hielo del gin-tonic. No supe si agradecérselo así que no le dije nada, no fuese a contestarme con evasivas, aunque Mila y Otto se auto-presentaron y estuvieron intercambiando un par de frases con él y él, hay que joderse!, demostraba interés, o al menos a mí me lo parecía.

Me harté pronto de la fiesta, así que le propuse a Otto que nos llevara a un bar normal, y cuando me iba a despedir del “nuevo”, dijo que se apuntaba a la fuga y nos fuimos, los cuatro, al pub irlandés de turno más cercano.

Una vez allí, Otto la eligió a ella, para variar..Me quedé jodida pero mi orgullo me impidió que se me notara demasiado. Lo que se iba notando más es que quería que el chico evasivo dejara de serlo y compensara la situación. Era hombre de pocas palabras pero su mirada a través de los cristales empezaba a mostrar humanidad e interés, así que, sin hablar, acabé en su casa. Fue nuestra primera noche, la más ridícula, la más tierna...

Por la mañana me apeteció desayunar con sus gafas de pasta negra.

22 de febrero de 2007

BSO de Gafas de Pasta Negra: "Meet me Halfway" (Black Eyed Peas)

3 comentaris:

Toni ha dit...

El "gafapastismo" es un movimiento que ya lleva un tiempo levantando comentarios varios, desde cierto amaneramiento, pasando por moda viral y llegando hasta modernismo extremo por quienes lo llevan al extremo.

Pero en este caso el gafapasta se presenta como una alternativa, no como una primera opción, será que ya no tienen el encanto o que les gusta atacar desde segunda línea?

En fin, aquí, y como siempre, la decisión siempre la toman ellas, seas un gafapasta o no.

Peter Pan ha dit...

ayyy que bonito, y que cierto :)
Guapaaa ya queda menos para que nos veamos. Tienes tu habitacion preparada :) !!
Besotes,

República B612 ha dit...

Mal fet!!!! No et tornis a fiar mai d'algú amb ulleresdepastanegra. Són mala gent. És un fet contrastat! :P